España busca un acercamiento con Cataluña para resolver el tema de la secesión
MADRID — El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, sostuvo este miércoles una reunión con su homólogo regional en Cataluña para buscar …
MADRID — El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, sostuvo este miércoles una reunión con su homólogo regional en Cataluña para buscar el fin del conflicto territorial español, cuatro años después del fallido intento de secesión catalana y dieciocho meses después de que una primera ronda de negociaciones fuese interrumpida, de manera abrupta, por la pandemia de coronavirus.
Las conversaciones entre Sánchez y Pere Aragonès, el líder regional de Cataluña, son el intento más significativo de llegar a un acuerdo en lo que durante la última década ha sido el tema más divisivo en la política española: el destino de Cataluña, una región de 7,5 millones de personas con opiniones divididas sobre la posibilidad de convertirse en república.
Los analistas advirtieron que las negociaciones también estarían plagadas de obstáculos. Si bien Aragonès, un político independentista moderado, asumió el cargo este año prometiendo un diálogo, se ha enfrentado al escepticismo de los partidos catalanes de línea dura.
Las rupturas se evidenciaron el miércoles cuando una de las partes, Junts per Catalunya, no envió delegados después de que Aragonès rechazara sus primeras opciones.
“El mayor obstáculo serán las divisiones dentro de los partidos independentistas”, dijo José Ignacio Torreblanca, profesor de política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid.
Las negociaciones se desarrollan a la sombra de un conflicto que llegó a un punto de quiebre en 2017 y que todavía conmociona a España.
Ese año, el gobierno de Cataluña organizó un referéndum independentista en desafío al gobierno de España y sus tribunales, que declararon ilegal la votación. Policías confiscaron las papeletas e incluso golpearon a las personas que intentaron votar. Varios de los organizadores fueron arrestados y condenados a largas penas de cárcel por sedición.
Ambas partes siguen distanciadas, pero este año surgieron señales de un acercamiento.
Tras las elecciones de febrero, Aragonès asumió el cargo de nuevo líder regional. Todavía busca la independencia, pero se comprometió a reducir la escalada del conflicto con España a través de conversaciones. Luego, en junio, Sánchez otorgó indultos a los nueve activistas independentistas que fueron condenados por sedición.
En una entrevista después de las conversaciones, Aragonès dijo que su posición se reducía a dos objetivos principales: una amnistía general para los líderes independentistas que, según él, fueron acusados de delitos relacionados con sus acciones políticas; y la celebración de un nuevo referéndum que se negociaría con el gobierno español, una propuesta que Sánchez ha rechazado por considerar inconstitucional.
Aragonès dijo que quería explorar la posibilidad de crear una legislación en España que legalice esa votación. “Lo importante es que haya voluntad política” para llegar a un acuerdo, dijo.
La posibilidad de una amnistía también puede ser complicada. Ese acuerdo incluiría a Carles Puigdemont, el anterior líder catalán que huyó de España para escapar de los cargos. Según las autoridades españolas, no recibió un indulto este año porque sigue prófugo.
Pero Aragonès dijo que solo un acuerdo de amnistía podría cambiar el curso del conflicto.
Aunque, durante años, los separatistas catalanes no han logrado obtener un apoyo internacional significativo para su causa, sobre todo en la Unión Europea en Bruselas, el separatismo también ha dominado la agenda política en otras regiones de Europa.
El lunes, Nicola Sturgeon, líder de Escocia, pidió al gobierno británico que permita que Escocia celebre otro referéndum de independencia para fines de 2023, luego del de 2014 en el que los escoceses rechazaron separarse.
Al igual que en Escocia, en Cataluña no solo hay divisiones sobre si se debe buscar la independencia, sino también entre las partes que buscan separarse de España. El problema también ha mostrado la división entre los residentes de Barcelona, capital de Cataluña y un gran centro turístico, y las ciudades más pequeñas que han ayudado a los separatistas a mantener el control del parlamento regional desde 2015.
Aragonès representa al partido de izquierda Esquerra Republicana, que superó a Junts —el movimiento separatista de línea más dura del exlíder catalán Puigdemont— en las últimas elecciones regionales para convertirse en la mayor fuerza política de Cataluña.
Esas tensiones surgieron nuevamente en el periodo previo a la reunión del miércoles. Aragonès rechazó a los candidatos que Junts propuso para integrar a la delegación catalana, porque dos de ellos no forman parte del gobierno regional, sino que son líderes que fueron liberados gracias al indulto de Sánchez.
La disputa entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya muestra “que ahora hay una división muy significativa entre dos partidos que compartían la misma visión y agenda hasta 2017”, dijo Lluís Orriols, profesor de política en la Universidad Carlos III en Madrid.
Según Orriols, a diferencia de Junts, Esquerra Republicana ha abandonado la idea de que la independencia podrá lograrse de manera unilateral.
El académico cree que, para Sánchez, el retorno de la mesa de negociaciones presenta dos oportunidades a corto plazo: “pacificar lo que durante mucho tiempo ha sido un clima hostil en Cataluña y, al menos, evitar que el conflicto vuelva a la calles”.
Orriols dijo que eso también aumenta las opciones de Sánchez para permanecer como presidente del gobierno en caso de que las próximas elecciones en España produzcan un resultado que requiera que él y su partido socialista continúen gobernando con el apoyo de los principales movimientos nacionalistas de Cataluña.
Desde las últimas elecciones a finales de 2019, Sánchez ha liderado el primer gobierno de coalición de España, junto con el partido Unidas Podemos, más pequeño y de izquierda, y con el apoyo de los partidos catalanes y vascos para impulsar la legislación a través del Parlamento.
Sin embargo, en términos de resolver realmente la disputa catalana, los expertos políticos ven poco margen de maniobra para Sánchez, como líder de un gobierno minoritario en Madrid y en un momento en que los partidos de oposición de derecha, en particular el ultranacionalista Vox, están presionando por una mayor centralización en España.
La reunión del miércoles fue la primera de este tipo desde febrero de 2020, cuando Sánchez intentó poner en marcha las negociaciones para resolver el conflicto catalán, pero su plan quedó en suspenso por el inicio de la pandemia de coronavirus que afectó a España con especial fuerza.
“Ahora hay un intenso debate sobre si la descentralización ha funcionado en España, y también está claro que Sánchez no puede ignorar el hecho de que cualquier beneficio otorgado a Cataluña será resentido en las demás regiones del país”, dijo Orriols.
De hecho, el día previo al viaje de Sánchez a Barcelona, Juanma Moreno, el líder regional de Andalucía, la región más grande de España, le pidió que iniciara una negociación bilateral separada con Andalucía.
“No es razonable que se negocien privilegios a expensas de los otros territorios de España”, argumentó Moreno.
Nicholas Casey es el jefe del buró de Madrid, que cubre España, Portugal y Marruecos. Pasó una década como corresponsal en América Latina y Medio Oriente y escribió sobre política estadounidense durante la campaña presidencial de Estados Unidos de 2020. @caseysjournal
Raphael Minder es corresponsal en España y Portugal, con sede en Madrid. Anteriormente trabajó para Bloomberg News en Suiza y para el Financial Times en París, Bruselas, Sídney y finalmente en Hong Kong. @RaphaelMinder